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Trabajar la respiración con los peques es, a partes iguales, divertido y beneficioso para todos. Para ellos, porque aprenden a controlar sus emociones, practican su capacidad de atención y focalización. Además, los ejercicios de respiración para niños les ayudan a relajarse y tomar conciencia de su propio cuerpo y sus procesos —esto implica mejorar, a la postre, sus procesos comunicativos—. Y para ti, porque te ofrecen esos minutitos de descanso en los que las energías infantiles se recargan en silencio y paz. ¿Cómo lo ves? ¿Te apetece conocer 5 ejercicios de respiración para niños que puedes poner en práctica una vez los hayas leído? ¡A por ello!
Antes de empezar, quizás te preguntes por qué es necesario practicar con los niños una actividad que realizamos mecánicamente. Inspirar y exhalar son procesos automáticos, sí; pero ¿estás seguro de hacerlo bien? Por lo general, al no respirar de forma consciente, no utilizamos toda la capacidad que tienen los pulmones. Y, por supuesto, nos olvidamos de la gran ayuda que nos puede proporcionar el diafragma.
Instintivamente, un bebé, cuando llega al mundo respira de la forma correcta, profundamente y usando el diafragma. Lamentablemente, poco a poco, con el estilo de vida y la falta de higiene postural, se va perdiendo esa habilidad natural. Por eso, trabajar la respiración con los niños, mediante juegos, los hará capaces de recuperar esa habilidad y ganar en calidad de vida. ¡Allá van!
El ssssorprendente juego de la sssserpiente
Este juego es probable que se convierta en el favorito de tus peques. Para ponerlo en marcha solo tienes que seguir estos pasos:
- Empieza por indicarles que se sienten en una silla con la espalda pegada al respaldo.
- Pídeles que coloquen sus manos en el abdomen y estén muy atentos a las indicaciones que vas a darles.
- Diles que tomen aire en profundidad por la nariz durante cuatro segundo que contarás en voz alta. Después, deben dejar salir el aire haciendo el ssssonido de la sssserpiente. Será un siseo sonoro que durará todo lo que ellos puedan.
La flor más bonita de mi jardín
Este juego tiene dos partes. La primera consiste en localizar una flor. Si no tenéis un jardín cerca, puedes tener preparadas algunas flores para este juego. No es necesario que sean frescas, incluso pueden ser de papel. Esta primera parte del juego se basa en la fascinación de los niños por los colores y olores llamativos ¡Imaginación al poder!
La segunda parte del ejercicio consiste en oler la flor haciendo un ejercicio de respiración profunda. El objetivo es tomar conciencia de cómo se toma aire por la nariz—todo lo que se pueda— y se deja salir por la boca, poco a poco. Al principio, los niños lo harán de golpe, pero poco a poco y viendo tu ejemplo, aprenderán a hacerlo de forma pausada. Con la práctica puedes pedirles que antes de soltar, mantengan el aroma de la flor unos segundos dentro de ellos antes de soltarlo por la boca para devolvérselo a la flor.
El globo más grande del mundo que nunca se pincha
Para este juego, necesitamos también que los niños se sienten en una silla con la espalda pegada al respaldo. Les indicamos que vamos a hinchar un globo invisible de muchos colores que debe hacerse muy grande. ¡Pero tiene un truco! No podemos tomar aire con la boca —aunque es la tendencia que tanto niños como adultos tienen al hinchar un globo—, hay que hacerlo por la nariz.
El juego consiste en imaginar cómo se hincha el globo cada vez que toman aire por la nariz y lo soplan por la boca dentro del globo invisible.
Los elefantes respiran con la trompa
Este es otro de los ejercicios que más gusta a los niños. Para empezar no hay que estar sentado, lo que promete cierta actividad. ¿Cómo lo hacemos?
- Pide a los niños que se pongan de pie con las piernas ligeramente separadas. Les informamos de que se van a convertir en elefantes y que van a respirar como ellos.
- Diles que, para ello, deben tomar el aire por la nariz. Al hacerlo, levantarán sus brazos por encima de la cabeza como si se tratase de la trompa del animal. Además, tendrán que intentar que su abdomen se hinche con cada respiración.
- A la hora de exhalar, deberán hacerlo por la boca, de forma sonora —como de trompeta— al mismo tiempo que bajan los brazos e inclinan el cuerpo un poco hacia delante, llevando la trompa del elefante hacia el suelo.
La respiración del leopardo
Este ejercicio es algo más complejo, propio para niños que ya dominen los anteriores. De todos modos, puedes probarlo cuando quieras iniciarlos en la respiración diafragmática. ¿Cuáles son los pasos?
- Pide a los niños que se coloquen a cuatro patas, en el suelo, como si fuesen un leopardo.
- A continuación, deben tomar aire por la nariz y notar como se hincha el abdomen y la columna vertebral desciende.
- Después, deben expulsar el aire por la boca notando cómo de deshincha el abdomen y vuelve a elevarse la espalda. La idea es que se fijen muy bien en los movimientos para que los experimenten plenamente.
¿Qué te parecen estas técnicas? Puedes ir probando estas u otras que conozcas para identificar cuáles son las favoritas de tus peques. Una vez localizadas y te cerciores de que las hacen de forma correcta, incorpóralas a sus rutinas. Aprenderán a respirar mejor y contribuirás a su calidad de vida. Además, una vez que controlen la respiración puedes trabajar con ellos otras técnicas, como el mindfulness ¡Vamos, a respirar se ha dicho!
Preguntas frecuentes
5 ejercicios de respiración que podemos realizar son: el juego de la serpiente, la flor de mi jardín, el globo que no se pincha, los elefantes que respiran con la trompa y la respiración del leopardo.
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