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No es difícil vivir una aventura con niños, es cuestión de preparar una salida distinta al entorno urbano al que la mayoría están acostumbrados y, luego, su ganas de divertirse imaginación y curiosidad sin límites harán el resto.
Una simple excursión a la montaña o la playa ya suele ser para un niños, en especial los de corta edad, toda una aventura en sí misma. Pero si queremos “cocinar” un plato aventurero con más consistencia, basta con añadir y mezclar ingredientes como:
- Buscar un destino con elementos donde el niño pueda tener una cierta sensación de riesgo, pero siempre controlado por supuesto. Esto no es nada difícil, pues existen multitud de parques y zonas de montaña con tirolinas, puentes y pasarelas montados sobre árboles que hacen perfectamente esta función.
- Hacer la actividad con los niños. Lo que de verdad les gusta a los pequeños es que los padres y hermanos estén junto a ellos, es decir, vivir una aventura en familia. Por este motivo lo ideal es buscar una atracción, deporte o actividad que se pueda hacer en grupo. Rafting, kayak, escalada… se puede hacer de todo, puesto que existen monitores y empresas que se encargan de adaptar estas opciones a niños de distintas edades.
- No forzar a nadie a hacer algo que no le apetezca o no se sienta seguro. Y mucho menos a un niño pequeño, puesto que cogerá miedo y acabará rechazando este tipo de actividades. Estas cosas se hacen, sobre todo, para divertirse y si además el niño mejora sus destrezas físicas y gana en autoestima al superar un reto pues mucho mejor. La clave está en encontrar el equilibrio entre una actividad que motive al niño y le anime a superarse, pero sin que llegue a sentirse demasiado presionado o inseguro.
Combinar la parte lúdica con el aprendizaje
Aunque, como hemos dicho, el objetivo principal de vivir una aventura con niños es divertirse en familia, no está de más aprovechar la ocasión para que los niños aprendan cosas, siendo una de las fundamentales el respeto por la naturaleza y el medio ambiente.
Conocer los fundamentos técnicos de una actividad de aventura, como podría se la escalada o el rafting también es muy interesante, ya que si aprenden desde pequeños los fundamentos básicos, después podrán, si sienten interés, convertirse en practicantes de más nivel de estos deportes y así disfrutar mucho más.
Ir bien preparados
Cuando se va de excursión con niños hay que tener en cuenta todos los detalles para que nada estropee nuestra aventura. En este cuestión es fundamental estar atentos al tiempo atmosférico, llevar la ropa y el equipo adecuado y, sobre todo, comida y bebida para estar siempre bien hidratados. También es importante preparar un botiquín con lo más básico.
Para asegurar que los niños se lo pasen genial y estén más motivados, una última recomendación sería que fuesen con niños de su edad. Además de los hermanos no está de más llevarnos algún vecinito o compañero de la escuela.
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