Carrera de orientación: un gran ejercicio para los niños

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La carrera de orientación es un deporte originario de los países escandinavos donde los participantes realizan una carrera cronometrada en plena naturaleza con la ayuda de un mapa y una brújula.

La modalidad más popular es la orientación a pie (O-PIE), que consiste en realizar una ruta a pie en el menor tiempo posible pasando por todos los puntos representados en el mapa. Gana el competidor que complete el recorrido en el menor tiempo posible. Existen otros tipos de carreras: media distancia, larga distancia, sprint o relevos. Básicamente lo que cambia son las distancias, si se realiza corriendo o caminando y de forma en individual o por equipos, pero el objetivo básico es común: orientarse correctamente con ayuda de medios tradicionales (mapa y brújula), con el fin de localizar una serie de puntos previamente establecidos y pasar por los mismos.

Ventajas de la carrera de orientación

Se trata de una disciplina deportiva muy interesante porque combina la actividad física, con el contacto y conocimiento de la naturaleza y las técnicas de orientación tradicionales una habilidad hoy bastante olvidada por la introducción de nuevas tecnologías como el GPS.

• Se realiza la carrera de orientación al aire libre, en bosques o montañas, lo que siempre es un plus de salud y bienestar que permite oxigenarse y relajarse.
• Se aprende a orientarse, interpretando mapas de forma precisa y aprendiendo el manejo de la brújula.
• Implica pensar y correr al mismo tiempo, dos actividades básicas para la supervivencia y el desarrollo personal.

• Potencia la resistencia y el ejercicio aeróbico.
• Es una actividad muy divertida que se puede realizar con grupos de amigos o en familia.
• No requiere de material ni de infraestructuras costosas.

Una disciplina especialmente aconsejada para los niños

La carrera de orientación supone un punto de encuentro perfecto entre la actividad física y la mental, mejora la psicomotricidad y la percepción espacial, se practica en plena naturaleza y tiene un componente didáctico muy importante, ya que además de técnicas de orientación, con su práctica se aprende a conocer mejor el medio natural, a quererlo y practicarlo.

Estas características lo convierten en un deporte perfecto para los niños, que además pueden practicarlo desde muy corta edad (4 ó 5 años), ya que se puede llevar a cabo en compañía de otros adultos: padres, hermanos y otros familiares, profesores, monitores, tutores…

Otra gran ventaja de esta actividad es que puede practicarse de modo progresivo, de una forma muy básica y con la supervisión constante de adultos cuando los niños son muy pequeños e incluir un componente más complicado, autónomo y competitivo cuando lo practican chicos y chicas de más edad.

La orientación es un concepto, sin duda, de gran valor para niños y jóvenes, puesto que implica concentrarse y esforzarse, superarse y solucionar sobre la marcha contratiempos y problemas. Todo esto redunda en un proceso de maduración personal y maduración muy positivo.

De hecho, en los países escandinavos, que como hemos dicho es lugar de origen de esta práctica, la orientación se toma muy en serio, formando parte del currículo educativo de los niños y niñas.

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