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Llevar una dieta equilibrada y sana implica tomarse muy en serio todas las comidas del día, que deberían ser tres más abundantes (desayuno, almuerzo y cena) y dos tentempiés para mantener ágil el metabolismo y evitar llegar a las comidas más fuertes con demasiada hambre y ansiedad. En este artículo, concretamente, te daremos las claves para preparar cenas saludables.
Dentro de todas las comidas diarias, la cena es una de las fundamentales y, para algunas personas, bastante complicada de equilibrar. El problema es que si es excesiva o con alimentos poco apropiados tendremos dificultades para dormir y más posibilidades de ganar peso. Por el contrario, tampoco es aconsejable hacerla demasiado ligera porque puede que, a la mañana siguiente, nos levantemos con falta de energía o que sea insuficiente para colmar las necesidades de nutrientes y calorías que nuestro organismo precisa. Por ese motivo, es muy importante que intentemos mantener nuestras cenas saludables.
Las 5 características básicas de las cenas saludables
Para que sea equilibrada y saludable, una cena debería tener las siguientes características:
- Aportar aproximadamente un 25% del número de calorías que una persona precisa durante todo el día.
- Ser ligera, con el fin de asegurar una buen descanso durante la noche.
- Debe aportar los nutrientes que el organismo necesita para su buen funcionamiento, actuando a modo de compensación si, a lo largo del día, no hemos tomado alguna categoría de alimento importante.
- Una cena tipo que puede considerarse ideal ha de estar compuesta mayoritariamente de verduras y alguna fruta y una ración más pequeña de hidratos y/o algo de proteínas.
- Por otro lado, siempre tendríamos que procurar cenar al menos 2 horas antes de irnos a dormir.
Lo que debemos evitar para cenar
Ya hemos visto las características de una cena saludable. En el otro extremo estarían aquellos hábitos y tipos de alimentos que no deberían formar parte del menú habitual de nuestras cenas:
- El principal problema de las cenas es que sea excesiva en cantidad de alimentos (recordemos que la proporción ideal estaría en torno al 25% del total diario).
- Especialmente importante es limitar por la noche el consumo de carbohidratos, puesto que nos aportan un cantidad de energía que el cuerpo no necesita y, por lo tanto, el organismo va a acumular en forma de grasa sobrante.
- Tampoco es aconsejable comer frutas dulces y cítricos, puesto que tienen una digestión pesada y complican el tan necesario sueño reparador.
- Lo que debemos evitar a toda costa es tomar comidas o bebidas excitantes y estimulantes, como la cafeína, el alcohol y los picantes.
- Así mismo, los fritos no son aconsejables para cenar, siendo mucho mejor la cocina al vapor o cocida porque engorda menos y sienta mejor.
La cantidad, el estilo de cocina y el tipo de alimentos ingeridos son las dos características claves que, en definitiva, van a distinguir una cena saludable de otra que no lo sea. Siendo otro aspecto fundamental el tener en cuenta lo que hemos comido durante el día a la hora de planificar lo que vamos a cenar.
Recuerda que un estilo de alimentación deficiente puede acabar derivando en enfermedades peligrosas, como los accidentes cardiovasculares o la hipertensión.
Aquí te dejamos los tips para preparar un menú saludable.
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