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Cómo desconectar: 3 consejos que te van a ayudar

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¿Cómo puedo desconectar de verdad? Esa es la gran pregunta que se hacen casi todos los adultos de hoy en día, hombres y mujeres que viven inmersos en sus obligaciones profesionales, personas que tienen que atender a sus padres y madres ya mayores y, a la vez, a sus hijos e hijas todavía pequeños.

Es un hecho: saber cómo desconectar es algo imprescindible para “no chiflar”, para cargarnos de energía a diario y disfrutar de la vida tal y como viene, con sus luces y, también, con sus sombras. ¿Es tu caso? ¿Quieres saber cómo desconectar de verdad? Entonces sigue leyendo porque hoy te damos 3 consejos útiles, prácticos, sencillos y, lo mejor de todo: que funcionan.

 

Consecuencias de no saber cómo desconectar

Antes de empezar con la lista de consejos prácticos que te ayudarán a desconectar en el trabajo, durante el fin de semana o en vacaciones, vamos a reflexionar un momento sobre las consecuencias que tiene para nuestra salud física y emocional no saber desconectar, unas consecuencias negativas tanto para ti como para tu círculo profesional, familiar y de amistad.

 

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Lo resumimos en tres líneas:

  1. No saber cómo desconectar dispara nuestro nivel de distrés o estrés negativo, un estado mental que nos hace más sensibles a las críticas, las presiones laborales, las discusiones con nuestra pareja o con nuestros hijos adolescentes, etc.
  2. No saber cómo desconectar aumenta nuestro nivel de frustración vital y esa insatisfacción profesional, personal, familiar, etc., que casi todos llevamos a cuestas en algún momento de la vida.
  3. No saber cómo desconectar reduce nuestras defensas naturales y nos hace más proclives a sufrir problemas físicos de todo tipo: afecciones respiratorias y digestivas, problemas para conciliar el sueño, etc. Además, los niveles de estrés mantenido en el tiempo afectan a nuestra musculatura contrayéndola y produciendo o empeorando ese dolor de espalda que el 80 % de los adultos sufren en algún momento de su vida.

Como ves, el tema es más serio de lo que parece, así que saber cómo desconectar de verdad es, como mínimo, importante. Veamos ahora esos 3 consejos que te van a ayudar.

 

Consejos para desconectar

Muévete para descargarte de energía negativa

Algunas personas no son capaces de desconectar de verdad por una razón muy simple: su cuerpo y su mente están cargados de energía negativa que les impide pararse, relajar sus músculos y practicar algún ejercicio de relajación o meditación de los muchos que existen para desconectar cuerpo y mente.

Así, el primer consejo que te ayudará a saber cómo desconectar de verdad es que te muevas y salgas de casa, que te quites la pereza de encima, cojas unas zapatillas de deporte y salgas a correr por el parque, a dar unas vueltas con la bici o, si puedes, una Marcha Nórdica por la naturaleza que te permita respirar aire puro y desprenderte de esa energía negativa que te está lastrando el ánimo.

 

No recargues tu agenda de fin de semana

Los seres humanos somos tremendos: no nos basta con tener la agenda repleta de lunes a viernes, también pretendemos programar y llenar hasta la última hora de nuestros fines de semana en familia o con amigos.

Desde luego, organizar una escapada romántica con tu pareja, quedar con un grupo de amigos para ir al cine o tomar algo o planear una buena comida en un restaurante local son excelentes ideas para disfrutar de tu fin de semana, pero… no te pases. Sé indulgente contigo mismo y no programes hasta el último minuto de tu agenda de tiempo libre. Ese es el segundo consejo para aprender a desconectar al menos durante el fin de semana.

 

Mima tu cuerpo

Los problemas físicos también nos pueden impedir desconectar de verdad. Dolores de cabeza, hombros y cuello, problemas digestivos, catarros y gripes, afecciones dérmicas… Si nuestro estado físico está mal o regular, difícilmente podremos desconectar mentalmente y recargar esas pilas de energía vital que nos van a permitir disfrutar de la vida. ¿Nuestro consejo?: aprende a mimarte.

Cuidar tu estado físico no es un capricho, es una necesidad. Acudir periódicamente a un centro de belleza y masajes, ir a una piscina climatizada o pasar un fin de semana en un spa familiar no son solo actividades lúdicas divertidas, también son ese balón de oxígeno que mejorará tu estado físico para que tu mente pueda soltarse, descansar y, por supuesto, desconectar.

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