Este post también está disponible en: Català (Catalán)
Históricamente se ha asociado la inteligencia y, en consecuencia, también la educación a la capacidad cognitiva o de memorización de las personas, obviando otras habilidades como la física, la musical, la expresión plástica y las emociones.
La teoría de las inteligencias múltiples del famoso psicólogo estadounidense Howard Gardner supuso un contrapeso importante al axioma de la inteligencia única, muchas veces limitada al éxito académico en pruebas relacionadas casi exclusivamente con las matemáticas o el lenguaje.
Desde hace unos años, cada vez se le da más importancia a la inteligencia emocional que, básicamente, se trata de las habilidad de cada persona para identificar y regular sus propias emociones y sentimientos y también reconocer los del resto de personas, para de esta forma poder empatizar mejor.
En la actualidad, la inteligencia emocional se considera fundamental para el éxito profesional y personal de una persona. La buena gestión de las emociones, conocernos a nosotros mismos y a los demás, es lo que nos va a permitir aprovechar adecuadamente el resto de habilidades o inteligencias, enfocándolas del modo correcto para lograr los objetivos que nos conviertan en personas plenas y felices.
La educación emocional es una cuestión que viene como consecuencia de encontrar la forma de desarrollar y potenciar esa inteligencia emocional que se ha mostrado tan importante. Y lo cierto es que, como ocurre con todas las habilidades y capacidades humanas, el talento emocional puede aprender a desarrollarse y potenciarse.
5 formas de desarrollar la educación emocional
1. Mantener un diario de emociones
Una de las mejores formas de practicar la inteligencia emocional es llevar un diario clásico pero enfocado solamente en la parte emocional. Es más que suficiente con dedicar 10 ó 15 minutos al día en escribir las emociones que hemos experimentado durante el día: estrés, tristeza rabia, tratando de analizar por qué nos hemos sentido así. De esta manera ganaremos muchos enteros tanto en el autoconocimiento personal como en encontrar la forma de controlarlos.
2. Analizar el lenguaje no verbal
Se trata de hacer el esfuerzo de analizar tanto nuestros gestos como los de nuestros interlocutores en las conversaciones diarias, especialmente de la más importantes. Es lo que se conoce como escucha activa y debemos fijarnos, sobre todo, en aspectos como el lenguaje no verbal.
3. Meditación
La meditación no sirve solamente para relajarnos. Si ponemos el énfasis en la conciencia y la respiración, estaremos ganando en autocontrol, que es la base para lograr unos buenos niveles de inteligencia emocional.
4. El ejercicio de la rueda de vida
Se trata de identificar y escribir en un papel los aspectos de nuestra vida que podemos cambiar y mejorar y la forma de lograrlo, estableciendo una hoja de ruta para que, con pequeñas acciones y de forma progresiva, podamos ir transformando poco a poco lo que nos molesta de nosotros mismos.
5. Participar en cursos o talleres
Como ocurre con cualquier otro tipo de educación, la mejor forma de “aprender” es acudiendo a cursos con profesores especializados. Existen muchos talleres en los que se imparten clases de contenido muy práctico, donde se realizan dramatizaciones de situaciones de la vida real que nos pueden servir de gran ayuda para usar nuestras emociones en el sentido que nos interesa.
La educación emocional es una de las cuestiones que más importancia está cobrando en el campo de la psicología o el coaching, ya que se ha mostrado tener una importancia considerable en el rendimiento académico, laboral y deportivo de los seres humanos.
En Cerdanya Ecoresort ofrecemos una completo programa de educación emocional: el Life Reset.
¿Te ha parecido interesante este post? Te recomendamos actividades para hacer con niños en la naturaleza y actividades de montaña.
Deja un comentario