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El esquí de travesía es una apasionante modalidad deportiva de aventura que combina dos deportes montaña de referencia: el alpinismo y el esquí. No se practica en zonas o pistas preparadas ni señalizadas, ya que consiste en subir caminando hasta un pico de montaña y, una vez allí, descender esquiando.
Los esquís van provistos de unas pieles especiales
Para practicar este deporte es imprescindible poder andar y esquiar sobre cualquier tipo de nieve.
¿Cómo se consigue esto? Usando unas tablas de esquí parecidas a las del esquí alpino pero algo más ligeras con un particularidad muy especial: van provistas de unas pieles (originariamente eran pieles de foca pero ahora se usan otros materiales) que se adhieren a la parte inferior del esquí, evitando que se deslice. Con este truco es posible caminar por cualquier tipo de nieve.
Un vez ha llegado a la cima o pico elegido, se retiran las pieles y comienza el descenso, que no se realiza caminando sino esquiando.
Más material específico
Además de las tablas de esquí provistas con las pieles especiales, para la práctica del esquí de travesía se necesitan otros artilugios o materiales especiales:
- Fijaciones que permiten soltar el talón del esquí para poder caminar por la nieve en la etapa de ascenso.
- Cuchillas para caminar sobre nieve dura, en caso de que sean necesario.
- Todos los utensilios típicos del alpinismo: cuerdas, arneses, cascos, piolets, sliders, puntas forjadas…
- Vestimenta técnica de alpinismo, incluyendo botas ligeras de suela de goma.
Requerimientos y recomendaciones para practicar esquí alpino
Una cuestión fundamental es que para practicar esta actividad es necesario tener conocimientos en alpinismo y, sobre todo, ser un esquiador experimentado. Existen muchas diferencias entre las pistas de esquí, con nieve pisada y tratada, que hacerlo en la montaña, donde nos vamos a encontrar con nieve de diversos tipos: dura, en polvo, nieve costra y hasta hielo, y es posible que todo en el mismo descenso. Por todo ello para practicar este esquí de travesía es necesario ser polivalentes y con la capacidad suficiente para poder reaccionar con rapidez ante la aparición de obstáculos imprevistos y cualquier problema que pueda surgir durante el descenso.Por lo tanto, el primer y más importante requisito es tener un bagaje anterior de muchas horas de esquí que nos permitan poseer, como mínimo, un nivel medio-alto en este deporte
Otras recomendaciones para practicar esquí de travesía con seguridad:
- Practicarlo siempre en grupo, con guías o varias personas experimentadas.
- Llevar un botiquín básico con lo imprescindible para hacer frente a un accidente o enfermedad de algún integrante del grupo.
- También debemos llevar un pequeño kit de reparaciones para solventar incidentes con lo esquís o el material de alpinismo.
- Llevar ropa y calzado más ligero que el esquí y de repuesto.
- Protegerse del sol con gafas adecuadas y cremas.
- Hidratarse y reponer energías con comida ligera: bocadillos, barras energéticas, chocolate…
Esquí de travesía en los Pirineos
El esquiador de montaña busca la libertad, la aventura y el contacto con la naturaleza en su estado más puro y salvaje. Ingredientes que, quizás, no vaya a encontrar del mismo modo en las pistas de esquí, donde todo está más preparado y, en cierto modo, domesticado.
Muchas zonas de los Pirineos, y especialmente de la Cerdanya, tienen las características perfectas para convertirse en fantásticas rutas de esquí de travesía. Con cimas imponentes que, a continuación, permiten realizar descensos vertiginosos, con saltos que son adrenalina pura, En definitiva, capaces de hacer las delicias de los amantes del freeride, que es la modalidad más aventurera y movida del esquí alpino, y también la más exigente a nivel de dominio del esquí y forma física.
De cualquier modo, siempre es mejor empezar con travesías más cortas y accesibles y, poco a poco, ir ampliando tanto la distancia a recorrer, los desniveles y el nivel de dificultad.
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