Este post también está disponible en: Català (Catalán)
El origen de la ruta de los cátaros se encuentra en el siglo XIII, cuando la región del Languedoc (sudeste de Francia) se convirtió en el escenario de un nuevo movimiento religioso, los cátaros. Estos miembros fueron considerados herejes por la Iglesia de Roma y, por lo tanto, perseguidos con ahínco, en muchos casos condenados a la hoguera, hasta su aniquilación total en el siglo XIV.
Oprimidos con gran crueldad por la Santa Inquisición, los cátaros se vieron obligados a huir de tierras occitanas y a defenderse en castillos y pueblos. Los cátaros nos han dejado un legado histórico y patrimonial impresionante, y el itinerario de su huída por unos parajes tan bello como abruptos, salpicados por castillos y pueblos que aún conservan intacta su esencia medieval, así como grandes ríos y viñedos, configuran la denominada ruta de los cátaros.
Existen muchos posibles recorridos para descubrir las maravillas del denominado País Cátaro. Nuestra particular propuesta tiene su origen en la mítica ciudad de Carcasona, considerada la ciudad medieval mejor conservada en Europa y su final en la Baja Cerdanya, concretamente en el bellísimo pueblo de Prullans, ya en la provincia de Lleida.
Etapas de la ruta de los cátaros
1. Carcasona
Nada mejor que empezar nuestro viaje que entrando por la puerta grande: la Puerta Narbonesa es la entrada principal a la ciudad medieval (Cité), famosa por su magnífico estado de conservación tras su restauración en la segunda mitad del s.XIX, su doble recinto concéntrico y sus 52 torres. Dentro de la ciudad amurallada nos encontramos con el increíble castillo de Carcasona, una espectacular fortaleza defensiva adosada a las murallas exteriores de la ciudad.
2. Castillos de Lastours
Qué mejor forma que proseguir nuestro viaje con la visita a otros cuatro castillos, cuyos nombres se corresponden con cantares de gesta medievales: Cabaret, Tour Régine, Quertinheux y Fleur d’Espine. Desde lo alto del Beldevere de Monternier podemos disfrutar de una perspectiva única de las cuatro fortalezas. ¡La mejor forma de trasladarnos a plena Edad Media!
3. Lagrasse
Una vez nos hemos extasiado con los grandes castillos de la ruta cátara, puede ser un buen momento de desplazarnos hasta uno de los pueblos considerados como uno de los más bellos del sur de Francia: Lagasse, bañado por el río Orbieu y cruzado por dos increíbles puentes medievales. Destaca también su mercado medieval cubierto y, al otro lado del río, la majestuosa abadía de Sainte Marie d’Orbieu, fundada en el siglo VIII.
4. Peyrepertuse
Volvemos a los castillos. Situado en la cima de una cresta rocosa y abrupta, con una paredes verticales que alcanzan los 80 metros, el castillo de Peyrepertuse fue uno de los más poderosos e inexpugnables bastiones de los cátaros.
5. Montségur
Se trata de una atalaya situada a 1.200 metros de altura, cuya inclusión dentro de la ruta cátara resulta imprescindible por su alto valor simbólico. Auténtico icono del catarismo, su caída supuso el fin definitivo de este movimiento en el lado francés de los Pirineos y el momento en que los cátaros se vieron obligados a iniciar su gran éxodo hacia la península ibérica. Una lápida cerca del castillo recuerda el lugar exacto donde fueron mandados a la hoguera un total de 215 personas, incluidos niños en el año 1243.
6. Prullans
Finalizaremos la ruta cátara en Prullans, un pequeño pueblo de la Cerdanya leridana con muchos atractivos: dólmenes, la cova d’Anes, la iglesia románica de Sant Esteve y, además de todo esto, sus increíbles vistas sobre la Cerdanya.
En Cerdanya EcoResort te transportamos a la época de los cátaros con unos platos medievales al estilo cátaro que se pueden degustar en el Restaurant Arç, decorado al estilo de la época y sin que se nos escape ningún detalle, ya que hasta los camareros llevan vestidos medievales. Excursiones, juegos tradicionales y leyendas pondrán la guinda final a una gran aventura medieval.
Deja un comentario