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Masificación del turismo: estrategias para controlar el sobreturismo

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La masificación del turismo es un hecho en un siglo XXI caracterizado por el abaratamiento de los viajes y la concienciación de la importancia que tiene viajar para descansar y abrir nuestra mente a nuevas culturas y formas de ver la vida. Pero lamentablemente, la masificación del turismo está empezando a afectar a los entornos naturales y, también, a preocupar a los amantes del ecoturismo sostenible.

¿Qué podemos hacer al respecto? ¿Existen estrategias para limitar los daños de la excesiva presencia de turistas en ciertos destinos turísticos? Ese es el interesante tema que tratamos en el artículo de hoy.

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Primer paso: reconocer que existe un problema

El primer paso para controlar la masificación del turismo en ciertos destinos que, por sus características, no son capaces de soportar el exceso diario de visitantes es muy simple: reconocer el problema.

Todos los destinos turísticos por excelencia han sufrido ya las consecuencias de la masificación del turismo: Venecia y sus canales atestados de visitantes que han provocado la huida de los residentes a otras localidades más tranquilas, Machu Picchu en Perú que no van a soportar mucho tiempo más las de 800 visitas diarias a la antigua ciudad inca, el Taj Mahal de la India que está sufriendo graves daños estructurales por la visita de más de 7 millones de personas al año y, por supuesto, nuestra Barcelona, una de las ciudades preferidas por los turistas internacionales que, según sus habitantes, ya no soporta más los problemas provocados por la masificación del turismo.

En definitiva: reconocer que existe un problema no es sencillo porque empresas, gobiernos y particulares preferimos ver siempre la cara amable del turista, pero tenemos que aceptar que reconocer que algo no va bien es simplemente, el primer paso para adoptar soluciones eficaces a corto, medio y largo plazo.

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4 estrategias para controlar la masificación del turismo

Una vez aceptemos que la masificación turística es un problema para la convivencia vecinal y que causa daños en los destinos turísticos, llega el momento de proponer y adoptar diferentes estrategias de control de ese exceso de visitantes o, al menos, del impacto negativo que supone la masificación del turismo.

Veamos algunas de las principales estrategias que ya se están adoptando en algunos destinos turísticos tradicionales:

1. Legislación clara y precisa al respecto

La normativa actual debería dar respuesta eficaz al problema de la masificación del turismo aprobando leyes que, por ejemplo, limitaran las licencias concedidas a los llamados pisos turísticos, reducir el número de visitantes diarios que puede recibir un parque natural o un edificio histórico, etc.

2. Formación e información sobre el turismo responsable

Si eres un apasionado del ecoturismo, seguro que sabes que una de los objetivos del turismo responsable es la conservación del maravilloso entorno natural que nos rodea.

Desde este punto de vista, informar y formar a grandes y pequeños sobre la importancia de visitar los diferentes destinos sin alterarlos o dañarlos debería ser una de las estrategias a implementar para minimizar los efectos negativos de la masificación del turismo en la naturaleza. Divulgar alto y claro que se pueden realizar los más apasionantes deportes de aventura o disfrutar de la flora y la fauna de nuestro destino turístico sin hacer ningún daño al ecosistema.

3. Potenciar el desarrollo de la economía local en otros sectores de actividad

La masificación turística puede provocar indirectamente que la población local abandone su actividad profesional para dedicarse exclusivamente a atender al turista. Esto es lo que lleva décadas sucediendo en algunas islas del archipiélago canario como, por ejemplo, en Tenerife.

En las últimas décadas los tinerfeños han ido abandonando sus campos, huertos, plataneras y barcos pesqueros para trabajar en el sector servicios atendiendo a un número de turistas cada día más alto. La consecuencia es más grave de lo que parece: una dependencia excesiva de los operadores turísticos, un desabastecimiento de productos locales procedentes de la agricultura y de la pesca y un empobrecimiento paulatino de los habitantes de la isla por el encarecimiento de los productos básicos de consumo que hay que importar.

4. Fomentar los esfuerzos de los alojamientos turísticos ecológicos

Los hoteles y resorts rurales pueden y deben participar en las estrategias para combatir los efectos negativos de la masificación del turismo. ¿Cómo? Reafirmando su compromiso ecológico abasteciendo a sus restaurantes con huertos de permacultura, ofreciendo a sus clientes actividades didácticas en forma de visitas a granjas, espacios naturales o pueblos tradicionales, promocionando el ecoturismo familiar en burricleta

Ejemplos de iniciativas para combatir la masificación del turismo

Existen muchas ciudades amenazadas por el sobreturismo. Algunos ejemplos son Barcelona, Venecia, Berlín, Ámsterdam o Brujas. Precisamente estas ciudades han cogido el toro por los cuernos y se han dedicado a poner en práctica políticas destinadas a gestionar mejor la afluencia de visitantes. Son solo algunos ejemplos de buenas prácticas:

  • Venecia. Esta mítica ciudad italiana ha perdido 100.000 habitantes desde 1950, que han huido a ciudades aledañas que no están tan masificadas. Venecia recibe al año 20 millones de turistas. Para desincentivar la afluencia, las autoridades venecianas han habilitado controles de acceso al centro de la ciudad cuando está lleno. Por otro lado, los famosos vaporetto que recorren los canales dan prioridad a los residentes.
  • Barcelona. El ayuntamiento de la ciudad condal ha prohibido la construcción de hoteles nuevos en el centro. Además, ha puesto el foco sobre los pisos turísticos no regulados, de manera que ha sancionado y cerrado muchos de estos alojamientos irregulares. 
  • Ámsterdam. Es otra de las ciudades que ha centrado sus esfuerzos en los pisos de alquiler. El ayuntamiento ha limitado el tiempo de estancia y ha prohibido construir nuevos hoteles —esta medida está vigente desde 2005—. Por otro lado, también ha limitado la cantidad de turistas que pueden ir acompañados de un solo guía turístico—20 a diferencia de los 60 que estaban permitidos con anterioridad— con la intención de evitar aglomeraciones.
  • Berlín. La capital alemana ha sufrido las consecuencias del sobreturismo especialmente en el popular barrio de Kreuzberg. En este barrio, precisamente, está prohibido arrastrar las maletas por la calle. El objetivo es evitar que el traqueteo moleste a los vecinos. Pero además, se ha limitado el número de alquileres de pisos privados. Aquellos propietarios que infrinjan las limitaciones podrían afrontar fuertes sanciones económicas.
  • Brujas. Es una de las ciudades pioneras en implantar medidas de turismo sostenible. Por ejemplo, está prohibido hacer fiestas en la calle; los autobuses turísticos no tienen permiso para acceder al centro de la ciudad; los patinetes y taxis turísticos también sufren restricciones en el centro de Brujas. De esta forma, sus 100.000 habitantes no se sienten tan incómodos ante los 8 millones de visitantes que llegan a la ciudad cada año.
  • Roma. La ciudad eterna también ha decidido apostar por medidas concretas para regular el turismo. Además de prohibir el uso de maletas con ruedas en zonas determinadas, no se pueden consumir bebidas alcohólicas en la calle a partir de las 10 de la noche. Tampoco se pueden servir en los bares desde las 2:00 hasta las 7:00.

¿Qué podemos hacer como viajeros?

Ante los estragos del sobreturismo, los viajeros tienen que ser más que nunca responsables. Para empezar, deberíamos evitar acudir a esos lugares que sabemos que están masificados. Debemos ser conscientes de que formamos parte del problema. El afán por viajar y coleccionar fotos para nuestro Instagram a provocado que no reflexionemos sobre las consecuencias de nuestros actos.

Debemos ser conscientes de lo que provocamos con nuestras acciones cotidianas también. Para eso, nada como calcular la huella de carbono. Realmente nos daremos cuenta de que podemos conseguir lo que necesitamos en nuestro entorno, sin necesidad de comprar melocotones cultivados a miles de kilómetros de distancia. La huella ecológica de la comida es un factor importante a tener en cuenta. 

Si en nuestra vida cotidiana ponemos atención y somos conscientes de que podemos mejorar simples rutinas y hábitos para ser más sostenibles, debemos hacer el mismo ejercicio cuando viajamos. Así, conseguiremos evitar la masificación del turismo, pues este no está reñido con la sostenibilidad, sino que se trata de un binomio posible si todos somos responsables.

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Publicado originalmente el 13 de diciembre de 2017, actualizado el 14 de diciembre de 2022

FAQs de Masificación del turismo: estrategias para controlar el sobreturismo

¿Cuál es la ciudad con mayor masificación turística en España?

Barcelona es la ciudad más turística en España, atrayendo a más de 7 millones de turistas anuales. Además, representa la primera ciudad española incluida en el ranking europeo de mayor masificación turística. Con 4,80 turistas por habitante, Barcelona ocupa el puesto 20 en este ranking europeo.

¿Qué impacto negativo tiene el sobreturismo?

El sobreturismo tiene varios efectos negativo. El principal problema es la destrucción y la contaminación del medio ambiente, pero tampoco hay que olvidar la interrupción de la tranquilidad y la privacidad de los habitantes.

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