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Disfrutar de la montaña con niños es hacerlo el doble porque sus ganas de divertirse y capacidad de sorprenderse, extraer lo máximo de las pequeñas cosas y su curiosidad infinita se convierten en contagiosas, provocando que los adultos vean la naturaleza con sus mismos ojos. Y todos salimos ganando.
Pero ir con niños en la montaña implica también adaptarse a sus especiales características y estar atento a todo para evitar complicaciones, pequeños accidentes o cualquier otra circunstancia que puede llegar a estropear un día de excursión, en el que debe primar la diversión por encima de todo.
Estas recomendaciones te ayudarán a disfrutar al máximo de un día de montaña en compañía de chicos y chicas de corta edad.
1. Práctica juegos sencillos
Organizar una pequeña ginkama, el juego de topo (se juega por equipos y los que tienen los ojos vendados deben intentar adivinar con el tacto y el olfato algún pequeño objeto de la naturaleza), actividades par diferenciar árboles, plantas o insectos o rodar una pequeña película con el smartphone… Estas son solo algunas ideas de las muchas posibles para convertir en mucho más divertida una excursión al campo y lograr, fácilmente, que los niños se impliquen mucho más.
2. Adaptar las actividades a los más pequeños
En realidad, con los niños se puede hacer prácticamente de todo en la montaña, incluso actividades de aventura: kayak, espeleología, rapel, escalada. La clave está en adaptar la dificultad y la técnica del ejercicio a la edad del niño, su capacidad y motivación.
3. No olvidarse de las actividades clásicas
Montar en bici, por ejemplo, es un clásico que funciona muy bien. Es una actividad deportiva donde se juega sobre seguro. Es divertida, fácil de practicar, permite descubrir bellos parajes y conectar con la naturaleza.
Y lo más importante: a los niños les encanta.
4. Los adultos deben jugar con los más pequeños como si fuesen un niño más
Está muy bien que los chicos jueguen y se relacionen con otros niños de su edad. Y por eso es una buena idea invitar a sus amigos a pasar un día en la montaña. Pero a un hijo lo que más le encanta es jugar con sus padres. Eso les motiva y es el mejor modo de mejorar la confianza y potenciar la comunicación.
5. Planificar lo mejor posible
Cuando se hacen cosas los niños un buen consejo es dejar lo menos posible al azar (aunque sin obsesionarnos). Por lo tanto, no está de más que conozcanos con anterioridad el terreno por el que nos vamos a mover: si es dificultoso, si hay mosquitos, lugares con sombra, si hay sitios para hacer picnic, etc.
6. Llevar todo lo necesario
Algo de comida y, sobre todo, agua en abundancia para beber, ropa para poder cambiarse, un pequeño botiquín, una gorra para protegerse del sol… Son cosas básicas que no debemos dejarnos en casa, ya que nos pueden sacar de muchos apuros.
7. Combinar diversión con aprendizaje
Aunque el objetivo principal de un día de montaña con niños es divertirse en familia, no está de más aprovechar la ocasión para que los niños aprendan cosas de la naturaleza, especialmente a cuidarla y respetarla.
¡Y no te olvides de los más importante que no es otra cosa que disfrutar como niños!
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