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Errónea e injustamente, son muchas las personas que piensan que, una vez desaparecida la nieve, los Pirineos se convierten en un paraje desierto y aburrido. Nada más lejos de la realidad.
Obviamente, los Pirineos en verano o primavera son muy distintos a los que nos vamos a encontrar en los fríos meses de invierno, pero eso no quiere decir que sean peores, sino igual de increibles pero disfrutables de formas diferentes.
Los parques naturales y los valles, como el valle de Nuria o Valle de Arán por ejemplo, transforman su imponente manto blanco por una no menos impresionante alfombra multicolor, con predominio del intenso verde y de flores silvestres.
Para los amantes de la fauna, la primavera y el verano son posiblemente las estaciones ideales, ya que con el buen tiempo es más fácil atisbar más especies y en una actitud más activa y dinámica.
El paisaje de los Pirineos sigue siendo igual de imponente en verano como en invierno: ahí están los barrancos, los ríos bravos, las paredes verticales rodeando estrechos cañones y un largo etcétera.
Planes destacados de verano:
– Descubrir y disfrutar de los lagos de alta montaña:
Llacs de Bulloses un entorno muy especial que durante primavera, verano y otoño descubre una multitud de lagos que en invierno permanecen escondidos e inaccesibles en vehículo.
Toda el área de la Bollosa es un espacio natural protegido de gran belleza y con un encanto realmente especial porque se ha formado un paisaje lunar con multitud de pequeños lagos que nos vamos encontrando mientras ascendemos hasta el pico del Carlit. El lago de Bulloses es el que se encuentra a mayor altitud de todo el Pirineo, concretamente a 2.000 metros y se puede acceder tanto por carretera como con telesilla.
Estany de Sant Maurici en el Parque de Aigüestortes es uno de los lagos de montaña más bonitos y accesibles del pirineo. Esta situado a casi 2.000 metros sobre el nivel de mar, en un circo glacial y es un espectáculo para la vista.
Lagos del Gerber en Valle de Àneu (Lérida): Tres preciosos lagos glaciares son el objetivo de esta maravillosa ruta de montaña que hará las delicias de todos los que se animen a visitarlos.
– Senderismo y rutas en bici:
Trás el invierno y las últimas nevadas, aparecen con el deshielo cientos de opciones para recorrer los pirineos. Tanto si nos decidimos por las dos ruedas como por salir a caminar con un buen par de bastones.
La ruta por las pasarelas del Planell d’Aigüestortes es una excelente opción para realizar con toda la familia y conocer el Parque de Aigüestortes junto con todos sus atractivos. En poco más de una hora podemos realizar esta ruta circular que parte desde Planell d’Aigüestortes.
Vall de Nuria ofrece una amplia variedad de rutas para elegir. El acceso a este enclave solamente se puede realizar a pie o con cremallera que nos anticipa los increíbles paisajes que vamos a presenciar.
Aunque el Parque Natural del Cadí-Moixeró está situado en el Prepirineo, es el segundo parque más grande de Cataluña y tiene muchas rutas de todos los niveles para ofrecer desde ascensiones al Pedraforca como la ruta 360º Cadí.
– Visitar localizaciones culturales:
Puigcerdà: La capital de la comarca de la Cerdanya es otro de los municipios indispensables que visitar en el pirineo catalán. Uno de los monumentos más singulares es la iglesia de Santa Maria y su campanario, pero si quieres ver el resto de los lugares y edificios emblemáticos de Puigcerdà, te recomendamos «Petjades culturals» —Huellas culturales—, unos itinerarios creados específicamente para que los conozcas a fondo y no te dejes ni uno.
Camprodón: Ubicado en la confluencia de los ríos Ter y Ritort, Camprodón destaca por sus pintorescas calles y sus numerosas fuentes. El puente nuevo del siglo XII y el monasterio de san Pedro del siglo X son dos de las construcciones más importantes de uno de los pueblos más conocidos que ver en el pirineo catalán. Cerca del centro urbano encontrarás la robleda de Can Pascal y los paseos de Maristany y de la Font Nova.
Taüll: Las calles empedradas, las edificaciones de piedra y madera y un paisaje alpino rodeado de algunas de las cimas más altas del valle de Boí te trasladará a la Catalunya románica del S.XII. Además de la increíble naturaleza de este lugar, también destaca la iglesia de Sant Climent y la de Santa Maria, con impactantes campanarios de seis y cinco pisos respectivamente. Este pueblecito que pertenece al parque nacional d’Aigüestortes no puede faltar en tu lista de qué visitar en el pirineo catalán.
Unha, que con sus 125 habitantes es uno de los pueblos más bonitos del Pirineo catalán.
En lo alto del pueblo encontramos la iglesia de Santa Eulalia, del siglo XII y que alberga pinturas románicas únicas en la Vall d’Aran. Su arquitectura contrasta con la de Çò de Brastet, una casa señorial de la época renacentista. En Unha también podemos probar la famosa olla aranesa, el plato típico de la zona.
Queralbs: Este municipio de algo menos de 200 habitantes situado entre la Cerdanya y Francia cuenta con todo tipo de atractivos arquitectónicos como su iglesia románica del siglo X. El santuario de Núria está muy próximo al pueblo. Allí, además de disfrutar de la naturaleza y de actividades de montaña como el esquí o su tradicional tren cremallera, hay una imagen romántica de la virgen de Núria.
La Seu d’Urgell: es un encantador pueblo situado en la comarca del Alt Urgell. Obligada visita a la Catedral de Santa María la cual cuenta con una impresionante fachada románica con detalles góticos. También puedes visitar la Torre del Homenaje del castillo de la ciudad para disfrutar de una vista panorámica de los alrededores.
– Actividades de adrenalina:
El verano es ideal para disfrutar del senderismo o las rutas a caballo o en bicicleta, pero si queremos algo con más movimiento, podemos descargar adrenalina de mil y una formas más: rafting, descenso de barrancos, espeleología, parapente, subir en globo….
Con el aumento de las temperaturas y el deshielo de la nieve acumulada, suman las condiciones idóneas para disfrutar del rafting en Llavorsí o la Seu d’Urgell. También el aumento del caudal de los ríos en las zonas más rocosas permite realizar los mejores recorridos de barranquismo en Vall de Núria, Prades o Queralbs.
La estación de esquí de La Molina también se convierte en un lugar lleno de aventuras. Hay rutas en segway, circuito de quads, tubbing, hinchables, piscina exterior, camas elásticas y jumping, lanzamiento de frisbee, circuito de interpretación de la fauna y un estupendo parque de aventura en los árboles con tirolinas y circuitos en las alturas (para todas las edades, a partir de 4 años). Por último, para los amantes de las dos ruedas cabe destacar un impresionante bike trail.
Por otro lado encontramos Era Roda que consiste en rutas temáticas en BTT por las zonas más emblemáticas de la Val d’Aran y el Pallars. Un total de 10 rutas por el Pirineo más auténtico. Aventura y naturaleza se conjugan para disfrutar de la mountain bike al más puro estilo salvaje.
– Disfrutar de las vistas:
Muchas estaciones de esquí no detienen el funcionamiento de sus telesillas en verano, para así poder disfrutar de increíbles vistas, o bien organizan descensos en patinetes especiales para poder seguir disfrutando de un deporte parecido al esquí, incluso cuando la nieve brilla por su ausencia.
El teleférico del Cadí-Moixeró sale desde la estación de La Molina, muy cerca de Puigcerdà, y sube en pocos minutos al punto más alto de la estación, el Niu de l’Àliga. Desde allí se pueden iniciar varios recorridos de senderismo de todos los niveles, además el refugio está abierto y permite degustar un buen aperitivo con las mejores vistas.
Otros refugios de montaña como Cap del Rec, un refugio muy concurrido que ocupa un gran chalet de piedra y madera situado en un paraje de gran belleza, rodeado de bosques, justo al pie de las pistas de la estación de esquí nórdico de Lles de Cerdanya; o Refugio del Fornet, situado en la orilla de la Noguera Pallaresa, a 4km del pequeño pueblo de Alós d’Isil, dentro de los límites del Parque Natural del Alto Pirineo ofrecen alojamiento y restauración todo el año permitiendo disfrutar de una rica comida tradicional con vistas impresionantes o dormir en altura para poder salir a caminar con las primeras luces del día.
Actividades para todos los gustos
Aunque muchas de estas actividades están disponibles durante todo el año, no cabe duda que apetecen más hacerlas en verano, mientras los reconfortantes rayos de sol nos acarician el rostro y nos calientan, pero sin llegar a sufrir el sofocante calor de algunas ciudades o zonas de costa.
En medio de todas estas opciones veraniegas para gozar de los pirineos, se encuentra el Camping Cerdanya Ecoresort, campo base ideal para disfrutar del verano de una forma diferente y poder sacarle el máximo partido a los pueblos, bosques, montañas, ríos y lagos. Además de todos los servicios de un camping tradicional cuenta con un Wellness con circuito de agua y los mejores tratamientos para darte los mimos que tanto has esperado durante el año. Por último, con varias opciones de restauración enfocadas en la sostenibilidad, proximidad (cultivando gran parte de los alimentos de su huerto en base a la permacultura o proveniente de productores locales) y partiendo de al menos 70% de los alimentos sin gluten, es el lugar idóneo para disfrutar mientras nos cuidamos.
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