Este post también está disponible en: Català (Catalán)
La producción ecológica es aquella alimentación elaborada en base a una serie de requisitos relacionados con el empleo de técnicas de cultivo naturales, respeto a los animales en todo su ciclo vital, cuidado del medio ambiente, protección de la salud de los consumidores y puesta en práctica de sistemas de economía sostenible.
Además, para poder ser considerados alimentos ecológicos es imprescindible que durante todo el proceso: recolección, cultivo, almacenaje, conservación y transporte no se usen ningún tipo de componentes químicos, aditivos ni procesos de alteraciones genéticas.
Los pilares de la producción ecológica
Con todo lo explicado anteriormente, la producción ecológica promueve una alimentación saludable y natural basada en la garantía y el fomento de los siguientes fundamentos básicos:
- Garantizar la biodiversidad y la continuidad de los recursos naturales para las generaciones presentes y futuras.
- Máximo respeto a la naturaleza y el medioambiente.
- Promover el respeto y el bienestar de los animales, garantizando unas condiciones de vida dignas desde su nacimiento hasta el momento de ser sacrificados.
- Preservar la salud de los consumidores gracias a una alimentación más equilibrada, natural y sin elementos químicos que puedan ser perjudiciales.
- Luchar por el comercio justo y un reparto equitativo de los recursos y la riqueza.
Las ventajas de la alimentación ecológica
Mucho se ha debatido sobre las ventajas para la salud del consumo de productos ecológicos en comparación con los tradicionales, en ocasiones con conclusiones contradictorias.
En cualquier caso, existen una serie de cuestiones o parámetros demostrables muy apreciados por un consumidor cada vez más preocupado por llevar una alimentación lo más equilibrada y saludable posible:
- En la producción de agricultura ecológica no está permitida la utilización de sustancias químicas como: plaguicidas, herbicidas, fertilizantes y fungicidas y solamente una cantidad muy pequeña de aditivos. Este es su principal valor, puesto que garantiza el consumo de unas alimentos más nutritivos, saludables y sabrosos.
- Con la carne ecológica ocurre lo mismo, la alimentación de los animales y sus condiciones de vida deben ser lo más parecidos al que tendrían en su hábitat natural y no se permiten métodos artificiales de engorde. El resultado: una carne que mantienen sus propiedades nutritivas y además está mucho más sabrosa y con un mejor aspecto.
- Con este tipo de alimentación se evita el poder ingerir sustancias que pueden ser potencialmente peligrosas para la salud.
- El transporte, almacenaje y conservación de estos alimentos, incluso su manipulación en el punto de venta sigue unas normas muy estrictas que garantizan una condiciones higiénicas y de conservación de los nutrientes y vitaminas superiores al resto de productos alimenticios.
- Por otro lado, la producción ecológica trata de fomentar una repartición más equitativa de la riqueza, promoviendo el comercio justo para que todos los actores implicados en el circuito económico de la alimentación reciban un beneficio lógico, evitando el uso de mano de obra barata y la explotación laboral infantil.
Los detractores de los productos orgánicos sostienen que salen más caros al consumidor. Esto puede ser cierto en algunos casos, pero la mayor calidad, tanto en valor nutricional como en sabor, y las garantías para el medioambiente y los animales, además de promover una economía sostenible y justa, hacen que ese esfuerzo económico esté justividado y valga la pena.
Deja un comentario