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Por las zonas montañosas de Aragón, encontramos decenas de pequeñas localidades encantadoras. Estos son algunos de estos pueblos bonitos pirineo aragonés, una lista de nuestros favoritos que debes visitar y apreciar con tus propios ojos.
Top 10 pueblos bonitos Pirineo aragonés
Aniés y Loarre, a los pies del castillo
Situado en la comarca Hoya de Huesca (a 30km de Huesca), Aniés es una pequeña localidad del municipio de La Sotonera. Los menos de 500 peluchones (así es su gentilicio) viven justo al pie de la Sierra de Loarre, junto con dos grandes obras arquitectónicas: la iglesia románica de San Esteban, y la ermita de la Virgen de la Peña.
La ermita se encuentra totalmente integrada en la sierra, ofreciendo una de las vistas más espectaculares del paisaje. De hecho, las escaleras que llevan hasta la ermita (en un ascenso de una hora, más o menos) están esculpidas en las mismas rocas de la sierra.
Pero el auténtico protagonista de la zona se encuentra a poco más de 5 kilómetros, en el municipio de Loarre. Su castillo es una de las fortificaciones románicas, del siglo XI, más importantes de España y de Europa.
Es muy recomendable realizar la ruta entre las dos localidades a pie. O, por lo menos, dedicar un buen tiempo a vislumbrar y apreciar las vistas de la llanura de la Hoya de Huesca, o incluso ver el atardecer desde la posición elevada del castillo o la ermita.
Cerler en las alturas
En lo más alto de la Ribagorza, a 1513 metros y en el municipio de Benasque, se encuentra el segundo pueblo a más altitud de todo el Pirineo de Aragón: Cerler. Es conocido por la estación de esquí de Aramín Cerler, pero también por su idílico casco antiguo, con casas muy bien conservadas del siglo XVI.
Además de las pistas de esquí, en Cerler se pueden realizar muchas rutas de senderismo: desde un duro ascenso hasta el Aneto, hasta excursiones por la Ruta del Solana o por el parque Posets Maladeta del Valle de Benasque.
Las iglesias de Sallent de Gállego
En Huesca, en la comarca del Alto Gállego y a 1300 metros de altura, Sallent de Gállego goza de unos paisajes extraordinarios, así como de un patrimonio arquitectónico y artístico envidiable.
En la iglesia gótica del siglo XVI, se conserva perfectamente los retablos medievales, en el que hay la imagen de la Virgen de las Nieves. Muy cerca, en la localidad de Formigal, se encuentra la aún más antigua iglesia del Salvador de Basarán, del siglo X. Y, si aún quieres ver más iglesias ancestrales, puedes visitar Biescas, también en el Alto Gállego, donde encontrarás las iglesias de San Pedro y San Salvador, así como las ermitas de la Collada y de Santa Elena.
Destaca también, en Sallent, el puente romano (aunque realmente se trata de una construcción medieval), que permite cruzar el paso del Aguas Limpias por el medio del pueblo. Por no hablar del patrimonio de la naturaleza que se esconde muy cerca de Sallent de Gállego: los Glaciares Pirenaicos.
Jaca
La capital de la Jacetania contiene un increíble patrimonio histórico: la Ciudadela, la catedral, el monasterio de San Juan de la Peña… pero también un paisaje natural envidiable, como en el Paisaje Protegido de las Foces de Fago y Biniés.
Aunque sea más grande que la mayoría de localidades, es uno de los mejores pueblos bonitos pirineo aragonés para descubrir la historia medieval de la Jacetania. También es un punto interesante de partida (o de paso) del camino de Santiago, que atraviesa las calles de Jaca.
Boltaña
Este pueblecito que no llega a los 1.000 habitantes en la comarca del Sobrarbe también está situado al norte de la provincia de Huesca, a unos 600 m de altitud.
Su casco antiguo es considerado uno de los más amplios del pirineo aragonés. Según distintas fuentes, surgió en el sigo XV, pero no llegó a su plenitud hasta los siglos XVI-XVII. Como en la mayoría de estos pueblos, los monumentos históricos más destacados se encuentran alrededdor de la plaza mayor. En este caso destacan, la Colegiata de San Pedro y el edificio del ayuntamiento.
Otra de sus características es el río Ara, que desciende por el pueblo y bajo sus puentes medievales.
Lanuza
Ubicado en el Valle de Tena, este encantador pueblo es conocido por su impresionante entorno natural y su fascinante historia de renacimiento tras haber sido parcialmente inundado en la década de 1970, para la construcción del embalse de Lanuza. A partir de la década de 1990, los antiguos habitantes y sus descendientes comenzaron a regresar y a reconstruir sus casas, devolviendo la vida a este hermoso lugar.
Lanuza es un paraíso para los amantes de la naturaleza y los deportes al aire libre. El embalse ofrece oportunidades para actividades acuáticas como el kayak y la pesca, mientras que los alrededores son ideales para el senderismo, el ciclismo y el esquí en invierno, con estaciones cercanas como Formigal.
Lanuza ha logrado preservar su cultura y tradiciones a lo largo de los años. Uno de los eventos más importantes es el Festival Internacional de las Culturas «Pirineos Sur», que se celebra cada verano en un escenario flotante sobre el embalse.
Si aún quieres descubrir más pueblos del pirineo Aragonés ¡no te pierdas este otro artículo «Pueblos del Pirineo aragonés: los 5 que has de visitar»!
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