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Hoy vamos a hablar de la reeducación postural no desde el punto de vista físico, sino emocional; desde la perspectiva de cómo una buena educación o reeducación postural puede servir de complemento a otras terapias naturales que sirven para devolvernos la buena salud emocional. El tema es tan interesante y curioso como parece, así que ¡adelante! Empieza a leer…
¿Qué es la reeducación postural?
Como solemos hacer en este blog, vamos a empezar la tarea por el principio, por aclarar bien un término que a veces se presta a confusión: la reeducación postural.
Podríamos definir la reeducación postural como una disciplina fisioterapéutica que estudia la tendencia natural postural del ser humano corrigiendo esas desviaciones que están afectando a su buena salud física y, así, a su correcta salud emocional.
En la reeducación postural el terapeuta trabaja de forma individual con el sujeto colocándolo en diversas posturas que le permitan realizar estiramientos suaves y nunca bruscos de las diferentes articulaciones: caderas, hombros, brazos, cuello…
La reeducación postural no solo sirve para reducir el dolor de espalda, brazos o cuello producto de las malas posturas que todos adoptamos a diario; también ayuda al sujeto a mejorar su fortaleza y resistencia físicas, a aumentar su tono muscular, a relajar su cuerpo y su mente, etc. Así y desde este punto de vista podríamos decir que la reeducación postural formaría parte de ese amplio grupo de terapias alternativas y sanadoras que buscan mejorar la salud física del ser humano para que disfrute más y mejor de su plano emocional, terapias como los abrazos de árboles en el bosque, las terapias acuáticas en balnearios y centros de spa, etc.
Una curiosidad: la reeducación postural más conocida recibe el nombre de RPG o Reeducación Postural Global. Se trata de una técnica “descubierta” en los años 80 del siglo pasado por el fisioterapeuta Philippe Enmanuelle Souchard, una técnica que hoy en día practican muchísimos centros terapéuticos tanto de Francia como del resto de Europa.
Reeducación postural: 4 posturas básicas
Ya tenemos claro qué es y qué beneficios persigue la reeducación postural; vamos a ver ahora algunas posturas básicas de esta terapia natural, sanadora y reparadora:
Reeducación postural de pie y apoyado en la pared
En la postura “de pie” el sujeto apoya su espalda y talones sobre la pared manteniendo la mirada en un plano horizontal. En esta postura el terapeuta corrige tanto la colocación natural del cuello del sujeto, como la postura que adoptan sus caderas, piernas, rodillas… Sirve para mejorar sobre todo la parte inferior del tronco: las caderas, las piernas, los pies, etc.
Reeducación postural de pie sin apoyo alguno
En esta postura el sujeto debe mantenerse erguido y con los pies ligeramente separados sin el apoyo de ningún objeto. La espalda debe mantenerse bien recta, los hombros erguidos y la mirada fija en el plano horizontal. Esta postura es ideal para que el terapeuta diagnostique los defectos posturales naturales del sujeto.
Reeducación postural en el suelo
Las posturas de reeducación en el suelo reciben el nombre coloquial de “postura de la rana”: el sujeto se tumba boca arriba con las rodillas flexionadas, las piernas abiertas, los pies apoyados en el suelo, los brazos abiertos, las palmas de las manos boca arriba y la nuca bien apoyada. En esta postura el fisioterapeuta trabaja toda la musculatura frontal de su paciente pudiendo estirar muy bien toda la espalda descargándola de esa tensión acumulada provocada por el estrés, las preocupaciones, el exceso de trabajo, etc.
Reeducación postural sentada
Otra de las posturas típicas que propone la RP o reeducación postural es colocar al sujeto sentado en una camilla, con la espalda recta y sin apoyo, las piernas ligeramente flexionadas y con las plantas de los pies unidas, los brazos relajados, el cuello erguido y la mirada en el plano horizontal. El terapeuta se coloca detrás de su paciente y aprovecha la postura para estirar suavemente toda la zona de la espalda empezando por el cuello y finalizando en la sobrecargada zona del sacro y del íleo.
Y ahora te toca a ti escribir: ¿conocías la técnica de la reeducación postural? ¿Las has probado alguna vez? ¡Cuéntanoslo!
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