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Cada vez que suena el despertador empieza nuestra particular carrera contra el tiempo. De un modo irremediable debemos enfrentarnos al tráfico, al jefe, a las tareas a medias del día anterior, a los colegas pesados, al malhumor del conductor del autobús… En definitiva, a las obligaciones y rutinas diarias que producen en nosotros ese temido estado de ansiedad y desesperanza.
Tal vez, lo más fácil sería acudir al botiquín y recetarnos cualquier antidepresivo; pero a la larga sería contraproducente. Aplicar un parche, no haría más que prolongar nuestra agonía. Y lo que es peor, nos obligaría a posponer la oportunidad de aprender técnicas de relajación mental que, incorporadas a nuestra rutina, no solo calmarían nuestra ansiedad, sino que nos harían más felices.
Si quieres conocer algunos de estos mecanismos, sigue leyendo. En nuestro post de hoy exploraremos técnicas de relajación mental para desterrar el Prozac y acoger las vibraciones positivas que calman la mente.
Antes de empezar
Pero antes de ponernos manos a la obra, comencemos el artículo como se merece. Regálate un momento para tomar aire profundamente, aparta cualquier pensamiento de tu mente y expulsa lentamente el aire de tus pulmones al tiempo que verbalizas: ¡Oooohmmm! Ahora sí, continúa leyendo.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que el estrés es un mecanismo habitual presente en nuestro día a día; básicamente es una técnica de supervivencia. Sin embargo, no es saludable vivir en un estado continuo de estrés. Descartada la opción de medicarnos, las técnicas de relajación mental nos ayudarán a conocer mejor las mecánicas que rigen nuestro cuerpo y a aprender la forma natural de relajarnos. Desterrados los efectos secundarios del Prozac, solo debemos asumir un pequeño coste que se mide en tiempo y esfuerzo mínimos. ¿Asumes el reto?
Cuándo aplicar las técnicas de relajación mental
Combatir el estrés no implica erradicarlo por completo de nuestra vida. Recuerda que existe el estrés positivo, ese estado que nos impulsa a seguir haciendo cosas. Por lo tanto, aplicaremos las técnicas de relajación mental solo en esos casos en los que los niveles de estrés afectan a nuestra calidad de vida. Por ejemplo:
- Durante un proceso de duelo.
- Al experimentar un episodio de estrés laboral.
- Cuando detectamos que el estado de ansiedad nos conduce a emprender conductas obsesivas (como por ejemplo, morderse las uñas).
- Durante conflictos familiares o de pareja.
- Cuando nos sentimos desbordados por nuestras responsabilidades.
¿Cuáles son los beneficios de emplear técnicas de relajación mental?
Aunque cada técnica de relajación logra beneficios específicos, de forma general podríamos listar una serie de ventajas para nuestro cuerpo y nuestra mente:
- Experimentamos una agradable sensación de bienestar.
- Nos hacen lograr un mayor control sobre nuestro cuerpo.
- Reducen la tensión arterial.
- Mejora nuestra autoestima.
- Reducen los niveles de cortisol (hormona del estrés) en la sangre.
- Ayudan a conciliar el sueño.
- Reducen la tensión muscular.
- Nos conducen a romper el círculo vicioso de pensamientos negativos.
3 técnicas de relajación mental
Muy bien, entonces, ¿cuáles son las técnicas? Vamos a explorar algunas de ellas, te recomendamos que las incorpores a tu rutina diaria. Para eso, los mejores momentos son antes o después del sueño. Lo más conveniente es realizarlas en lugares tranquilos y alejados del bullicio.
Las técnicas que vamos a presentarte son sencillas y no requieren más que práctica. Sin embargo, existen otras propuestas más complejas que puedes aprender de la mano de un instructor o guía. Lo exploraremos en otros post, por el momento aquí va nuestra selección de técnicas de relajación mental para principiantes primera parte.
1. Respiración diafragmática
Esta es una técnica ideal para iniciarse. El simple hecho de modificar la respiración desencadena en el cuerpo una serie de procesos que disminuirán la ansiedad de un modo significativo. El objetivo de la técnica es aprender a prestar atención a la respiración para hacerlo de un modo óptimo en el que el protagonista es el abdomen y no el pecho.
Para ello, túmbate boca arriba y adopta una postura recta (pero sin contraer los músculos). También puedes sentarte en una silla, dejando los muslos separados y formando un ángulo de 90 grados con respecto al tronco. Coloca una mano sobre tu pecho y otra sobre tu abdomen. Durante 20 segundos, fíjate en cómo la respiración acciona esas zona. Si tu pecho tiene más actividad que tu abdomen significa que la respiración es más superficial. Durante tres minutos concéntrate en que sea la mano del abdomen las que se mueva más. Para lograrlo, toma aire profundamente por la nariz durante 5 segundos, mantenlo en la zona del vientre y déjalo ir por la boca durante otros 5 segundos.
2. Meditación
Necesitaríamos otro post completo para explorar las diversas técnicas de meditación. Sin embargo, vamos a explicar aquí una sencilla variante con la que puedes comenzar a beneficiarte de las ventajas de meditar. Para ello, adopta la misma posición del ejercicio de respiración diafragmática y sigue los mismos pasos. Controla la respiración que acciona tu abdomen al tiempo que recitas mentalmente esta frase: «me relajo». Funciona como un Ohm, pero al verbalizar nuestro objetivo nos acercamos más a su consecución.
3. Imaginación guiada
Para realizar esta técnica, debemos tomar prestado de nuevo la técnica de la respiración diafragmática. En este caso, dirigiremos la atención a un escenario imaginado que signifique paz y calma para nosotros. Un prado, una playa, un jardín…
Comienza siguiendo los pasos para respirar con el diafragma y reconstruye mentalmente tu escenario de paz. Cuando lo visualices recórrelo y explóralo con todos tus sentidos. Recréate en los detalles, cada olor, sonido, cada textura… Al cabo de unos minutos haz que el escenario desaparezca. Cuando se haya desvanecido por completo, abre los ojos y da el ejercicio por finalizado.
En nuestro próximo post, completaremos las técnicas de relajación mental para principiantes con un ejercicio de relajación rápida, la relajación muscular progresiva de Jacobson y el mindfulness. Mientras tanto, puedes practicar las tres técnicas de hoy (especialmente la respiración diafragmática, nuestra piedra angular a partir de hoy).
Otra manera de conseguir esta relajación, es asistiendo a un programa de Life Reset en la naturaleza, donde obtendrás herramientas para aprender a cuidarte mejor y crear nuevos hábitos saludables. ¿Te apuntas?
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