Este post también está disponible en: Català (Catalán)
En los últimos tiempos se ha puesto de moda hablar del llamado turismo experiencial, turismo de experiencias y, también, emoturismo. ¿Sabes lo que es? ¿En qué consiste esta nueva alternativa turística? Sigue leyendo y te lo contamos porque es muy interesante.
¿Qué es el turismo experiencial?
Turismo gastronómico, turismo cultural, enoturismo, turismo de salud, turismo LGTB, ecoturismo… Y, ahora, turismo experiencial.
Los operadores y profesionales de uno de los sectores económicos más rentables del mundo no paran de reinventarse, crecer, buscar y encontrar diferentes alternativas turísticas que sorprendan, fascinen y enganchen a todo tipo de público. Y este es, precisamente, el quid de la cuestión del emoturismo o turismo experiencial: producir emociones inesperadas, novedosas, sorprendentes, divertidas, asombrosas… en los turistas a través del disfrute de experiencias culturales, viajeras, de ocio, de aventura, de meditación…
El turismo experiencial, turismo de experiencia o emoturismo (llámalo como prefieras) es una alternativa más al llamado turismo tradicional de sol y playa, una forma nueva y distinta de viajar, conocer y disfrutar plenamente de experiencias turísticas “diferentes”.
¿Qué tipo de actividades se podrían considerar como parte de la oferta del turismo experiencial actual? Muchas y muy variadas. Lo vemos en el apartado siguiente.
Algunas actividades propuestas por el turismo experiencial
Como te decíamos antes, la clave del turismo experiencial es la emoción: conseguir que el turista o el viajero vibre, se sorprenda o se emocione con las diferentes actividades propuestas. Desde este punto de vista, la imaginación de los operadores turísticos, los resorts ecológicos y los guías turísticos debe ponerse a funcionar a toda máquina por una razón muy simple: no es nada fácil (pero nada de nada) sorprender a los turistas del siglo XXI.
Y es que los turistas de hoy en día no son como los de antes, no se conforman con viajar a un destino de playa o de montaña, alojarse en un apartamento o en un camping y sentarse a descansar y ver pasar la vida.
Independientemente de su edad, los viajeros actuales demandan de sus operadores turísticos “cosas” nuevas, sorprendentes, divertidas, relajantes o fascinantes que sacudan la modorra de su vida cotidiana, les hagan salir de su burbuja de confort y, por supuesto, que provoquen esas emociones dormidas por la rutina diaria. En pocas palabras: el turismo experiencial debe tocar el corazón del viajero. ¿Cómo se hace eso? De muchas y muy variadas formas, pero siempre personalizadas a cada uno de los turistas.
Dos ejemplos de dos formas completamente distintas de plantear el turismo experiencial: llenar de adrenalina al turista o ayudarle a conectar con su yo interior en plena naturaleza.
Turismo experiencial de adrenalina: dormir “colgados” en la montaña
Uno de los mejores ejemplos de ese turismo creativo que es el turismo experiencial es habilitar hoteles en los lugares más insospechados del mundo: debajo del agua, encima de los árboles o enganchados en una montaña. Este es el caso de las Suites de Aventura Skylodge en Perú. Se trata de una serie de módulos habitacionales trasparentes (así lo llaman ellos) que están colgando literalmente de un pico a 400 metros de altura.
Turismo experiencial de calma: disfrutar de un retiro en la naturaleza
El turismo experiencial no siempre tiene que proponer actividades que nos inunden de adrenalina, también puede emocionarnos de una forma mucho más calmada, pausada e íntima. El mejor ejemplo es el llamado retiro en la naturaleza, un programa completo de actividades de relax, ocio pausado, meditación y contacto con el bosque, el aire puro, el agua, los senderos…. Una experiencia tranquila de turismo experiencial, pero perfecta para emocionar al turista actual.
¿Conocías el turismo experiencial? ¿Qué te parece? ¿Te vas a animar a practicarlo? ¡Escribe un comentario!
Deja un comentario