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Muchas personas tenemos este objetivo vital: lograr una vida sana y saludable. Cada comienzo de año, de mes, o incluso de semana, hacemos el firme propósito de cambiar de hábitos, hacer más ejercicio, comer de un modo saludable, dedicarnos más tiempo de calidad… Sin embargo, el estrés del día a día, las obligaciones y responsabilidades hacen que nos convirtamos en nuestra última prioridad. Si ese es tu caso, no te preocupes, no estás solo. Por eso, te proponemos en este artículo 5 consejos que no te quitarán mucho tiempo y puedes poner en práctica para mejorar tu bienestar.
Estos 5 consejos están seleccionados para alcanzar una vida sana y saludable de todos aquellos que los pongan en práctica. Son pequeños cambios que pueden lograr grandes resultados, sobre todo porque irás sumando hábitos saludables poco a poco.
1. Come de forma saludable: adiós a los ultraprocesados
Somos lo que comemos. Uno de los cambios principales que debemos hacer tiene que ver con la alimentación. Debe ser lo más natural posible, evitando alimentos muy procesados fuera de temporada o que deben recorrer miles de kilómetros para llegar al supermercado.
Cuidar la alimentación no solo implica cuidar tu salud, también la del medio ambiente, lo que repercute en tu buena salud porque la naturaleza es la encargada de proveernos los alimentos.
Si el tiempo es un factor de riesgo para elegir alimentos no recomendables, piensa en la posibilidad de dedicar un día a la semana para organizar el menú semanal. Te sorprenderá todo lo que puedes lograr un poco de organización. Piensa también en las técnicas de tus mayores, en ese sistema que consiste en preparar una comida completa los domingos que luego te dará platos diversos durante a semana. Por ejemplo, un rico cocido o puchero, puede proveerte de diferentes platos para el resto de la semana: sopa de fideos, croquetas o empanadillas con el relleno de carne y verduras, hummus con los garbanzos, un rico arroz al horno, etc.
2. Hidrátate: bebe agua durante todo el día
Beber agua es un hábito saludable que se vuelve imprescindible en verano. Trata de que beber un vaso de agua sea lo primero que hagas cada día. Para que no te dé pereza, déjalo preparado por la noche en la mesita.
Este gesto tan sencillo pone en marcha tu metabolismo, te refresca, despierta y hace que empieces el día con energía. Y es que, después de dormir durante 8 largas horas, el cuerpo pide a gritos hidratación.
Durante el día, procura tomar infusiones, agua con limón y bebidas naturales, en lugar de bebidas procesadas llenas de azúcar. Lleva siempre una botella de agua reutilizable y no esperes a sentir mucha sed para beber.
3. Haz deporte o al menos estírate cada día
Lo mejor es practicar algún tipo de deporte, incluso completar largos paseos diarios, pero si todavía no tienes adquirido el hábito de ir al gimnasio, entrenar o salir a pasear, puedes empezar por los estiramientos.
Los estiramientos son ejercicios que mejoran el bienestar físico, tanto si haces o no deporte. Está comprobado que realizar estiramientos durante 5 o 10 minutos antes de dormir mejora la calidad del sueño y te hace sentir más descansado al día siguiente.
4. Duerme y descansa
Dormir 8 horas al día es necesario para descansar el cuerpo y la mente. Con un correcto descanso, lograremos estar más concentrados al día siguiente, de mejor humor y descansados.
Es cierto que 8 horas es la media necesaria para descansar correctamente, pero cada persona es un mundo y es probable que encontremos personas que solo necesiten 7 horas y otras que requieran de 9. Lo que está claro es que dormir en necesario, fundamental, una condición sine qua non para la vida.
Mientras dormimos, el cuerpo libera la hormona de crecimiento. Esta hormona es fundamental para recuperarnos del cansancio diario. Solo se libera durante el sueño, así que ya sabes: procura cada noche caer en brazos de Morfeo un poquito antes, para lograr encontrar tu cantidad de horas necesarias para levantarte como una rosa.
5. Huye del estrés, respira y relájate
No hay nada más contraproducente para tu bienestar que el estrés. Alterarse y acumular tensión en los músculos es una bomba de relojería que estallará en algún momento si no le ponemos remedio.
Nada mejor para relajarse que respirar concienzudamente. Nos referimos a la respiración diafragmática. Controlarla te permitirá realizar ejercicios de relajación y de meditación que te alejarán del estrés y mantendrán a raya la ansiedad.
Dedícate unos minutos al día para mimarte, elige esos momentos sin distracciones y trata de relajarte. Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerá.
¿Ya pones estos hábitos en marcha? Si te ha costado establecer estas u otras rutinas para lograr una vida sana y saludable, ¿cómo lo has logrado? Comparte tu experiencia con la comunidad, procurar el bienestar a los demás, también mejora el tuyo propio.
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